La cabeza del bebé
La cabeza del bebé al nacer es la parte más ancha de su cuerpo, conforme va creciendo ésta lo hace a un ritmo mucho menos rápido que el resto del cuerpo. Durante el parto se deforma para poder pasar por la pelvis de la mamá, adquiriendo generalmente una forma cónica y dependiendo de la dilatación materna, haciendo más o menos difícil su paso por la pelvis.
El cráneo del pequeño no está formado cuando nace y su flexibilidad ayuda a que se pueda deformar y cruzar.
Todos los bebés poseen una zona blanda sobre la frente llamada: fontanela. Ésta es un hueco totalmente perceptible al paso de los dedos. En total posee seis en toda la cabeza y son zonas que ayudan a la deformación previa. Una de las funciones más importantes de las fontanelas es permitir el aumento del cerebro que se produce en los primeros años de vida del bebé. Al tener espacio crece sin impedimentos.
Se cierran durante el primer año de vida e incluso la mayor, situada en la frente, puede tardar en cerrarse hasta 24 meses.
Aunque hay que tener cuidado con la cabecita del pequeño, no obsesionarse con tenerlo en una burbuja.
Cuando nace tiene poco control sobre su cabeza debido a que los músculos del cuello aun no están desarrollados y no controla los movimientos.
Algunos bebés padecen el llamado “síndrome de la cabeza plana”. Consiste en el desarrollo de una zona plana o asimétrica en la cabeza del bebé debido a una presión externa. En ocasiones es producido por el esfuerzo del parto, deformándose ésta. Se suele corregir con el tiempo por sí sola.
Si esta deformación no se corrige por sí sola en las 6 o 7 semanas después del parto se debe consultar con el pediatra para descartar males mayores.
Otro de los motivos por el que se puede deformar su cabeza es postural. Acostarlos boca arriba, e incluso darle el chupete o biberón antes de irse a dormir reduce el riesgo de muerte súbita, según los expertos, pero también puede producir deformaciones.
El uso de los fórceps durante el parto puede llegar a producir una deformación en la cabeza del bebé, chichones o moratones los cuales sanarán en unos días. A veces se hincha la cabeza pero retorna a la normalidad. El parto con fórceps sólo se aconseja cuando el cuello del útero esté totalmente dilatado, la bosa amniótica esté rota y la cabeza del feto encajada.
El médico es quien determina su uso; si es aconsejable el parto con fórceps o bien cesárea depende del estado del bebé y su posición.
Y tú, ¿qué consejos darías a las primerizas?