Deshidratación infantil, síntomas.
La deshidratación infantil consiste en una pérdida excesiva de líquidos del cuerpo del bebé. La deshidratación hace que se eliminen no sólo agua, sino también diversos minerales como sodio, potasio, calcio… normalmente se produce como consecuencia de los vómitos, diarrea o fiebre.
Los bebés y niños pequeños son muy propensos a la deshidratación, siendo leve, moderada o incluso mortal en caso extremos.
Las evidencias de que nuestro bebé está sufriendo de deshidratación son:
– Orina escasa y con color amarillento.
– Sin energía.
– Sin lágrimas cuando llora.
– Labios y boca resecos.
– Somnolencia o bien se encuentran muy nerviosos.
Los bebés se suelen deshidratar muy rápido por eso debemos acudir inmediatamente a un centro de urgencias si empezamos a ver algún síntoma.
Dependiendo de la edad de tu hijo, el médico recomendará darle leche materna si es menor de 3 meses o bien que ingiera líquidos enriquecidos con fotolitos que llevan diversos minerales, que con la deshidratación se van eliminando, y que son esenciales para estar sano.
La manera de evitar la deshidratación del bebé es que beba bastante líquido.
Si sufre fiebre , siempre hay que darle para que ingiera líquidos, ya que con la fiebre se pierde agua.
Cuando se empieza a deshidratar normalmente demuestra que tiene sed, llorando o bebiendo con mucha rapidez. Si ya es progresiva, incluso puede tener la fontanela y ojos hundidos.
En climas calurosos o días de bastante bochorno hay que estar pendiente del pequeño, que ingiera líquido. Si está enfermo no olvidar que la fiebre, vómitos o diarrea hacen que pierda gran cantidad de agua, minerales que necesita para estar bien.
En chupetemania siempre aconsejamos acudir al médico si empezamos a ver los síntomas más normales como labios secos, ojos hundidos o incluso irritabilidad.